Por: Cristina Velandia, Abogada de TG Consultores, especialista en Seguridad Social. 

El mes que cambiaría el futuro de Sara fue un febrero del año 2000, allí estaba ella, en la cotidianidad de una mujer trabajadora, madre soltera y dedicada.

Impulsada por el miedo de perder su pensión y con la esperanza de un futuro mejor para su pequeño hijo, nacido con discapacidad, tomó una decisión de la que no conocería las consecuencias hasta mucho tiempo después.

La historia inicia cuando fue convencida de afiliarse a un Fondo Privado de pensiones en El año 2000, con el argumento que su pensión sería más alta y que el Seguro Social, hoy Colpensiones, podía quebrar y que el cambio al Régimen privado era la mejor decisión.

Sara convencida de estar haciendo lo correcto, procedió a firmar un formulario de afiliación, que tenía espacios con la famosa letra pequeña, el cual contenía indicaciones importantes que no tuvo en cuenta porque actúo de buena fe y por el temor de perder su pensión.

A partir del año 2000, pasó por otros Fondos, siempre con la promesa de que ella era importante, asegurando que sería revisado su caso. Sin embargo, solo hasta el año 2017, diecisiete años después, entendería el peso de esa decisión, desconociendo su verdadera trascendencia, y lo que debía afrontar a sus 57 años de edad.

En Colombia la edad de pensión para las mujeres es de 57 años, y fue en ese momento cuando conoció el valor del pago de la pensión para su vejez, fruto de su trabajo por más de 26 años.

– “Esto no puede ser”, exteriorizó angustiada.

A continuación la invadió una profunda culpa al saber que con el dinero que había ahorrado durante toda su vida, recibiría un poco más de un salario mínimo. Sara estaba aterrada y no entendía cómo podía haberle sucedido; su hijo había pasado por 7 cirugías y dependía totalmente de ella, ¿Qué iba a hacer?

No tuvo más remedio que acudir a un juez de la República en el año 2016 quien después de una batalla, le dio la razón y le brindó la oportunidad de acceder a una pensión justa, sus ojos se inundaron al recibir la felicitación de un espectador inesperado, cautivado por su historia y emocionado como ella del futuro soñado y luchado para su hijo y para ella.

No obstante, hasta ahora es la primera batalla ganada, ya que esta noticia debe ser revisada por un Magistrado de la Corte Suprema de Justicia.

Continuará…